RAMÓN CABRERA, JESÚS

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Un gigante comunista en la lucha por la libertad y la democracia

Ramón Cabrera, a quién conocimos como Jesús, en los más oscuros años del autoritarismo y la represión, estuvo al frente de la resistencia contra la dictadura. Organizó, alentó, agrupó: avanzó a pasos de gigante hasta que entre todos recuperamos la democracia y las libertades públicas. Ramón, Jesús fue un ciudadano comprometido con los mejores valores republicanos, los que vienen de la tradición artiguista, los que retomaron en las luchas populares el movimiento obrero y popular.

Ramón Cabrera concurrió a una Escuela Técnica a la que asistían mayoritariamente los hijos de obreros. Trabajó en talleres y fábricas del oeste de Montevideo.

Jesús era uruguayo, frenteamplista y comunista, esa combinación que muchos aprendimos en los años duros. Uruguayo por su barriada del Cerro, por su raigambre obrera, por su fraternidad y convicciones solidarias. Frenteamplista por el compromiso y la fidelidad a las banderas de la unidad forjadas en las calles y en las fábricas y facultades. Comunista por su pertenencia y compromiso con la clase obrera y por la irrenunciable búsqueda de un horizonte de justicia social.

Su frenteamplismo fue irrenunciable e inalterable en la convicción de la vigencia de sus principios y proyección para la sociedad uruguaya. Su frenteamplismo fue generoso con las tradiciones y el compromiso de todos quienes bregaban por la democracia y enfrentaban a la dictadura.

Jesús fue el conductor del Partido y la Juventud Comunista en un período (1981 -1985) escasamente abordado en la historiografía nacional, cargado de esperanzas, de organización e irrupción incontenible de obreros, estudiantes y pueblo en la escena nacional, pero también cargado de contradicciones, dificultades y la siempre presente saña represora de la dictadura, aspectos que le hicieron navegar en aguas turbulentas, pero en las que supo llegar al puerto de la democracia.

Sabemos que la caída de la dictadura no fue obra de una sola persona, sino de cientos de miles decididas a que el país retornara a la senda de sus tradiciones libertarias. Pero sabemos también que esa gesta no habría sido posible sin la capacidad de conducción, liderazgo, compromiso y voluntad de militantes como Jesús.

Sus derechos fueron avasallados una y otra vez por la dictadura, y también los de su familia. Ramón Cabrera vivió dignamente y asumió el alto costo de haber entregado sus mejores años a la lucha clandestina. Tal vez ese era el precio que le tenía reservada la vida por ayudar a demoler paso a paso, pacientemente, a la dictadura.

Jesús, nuestro compañero y camarada, alimentó y encendió el fuego de la esperanza en miles de hogares que le abrieron sus puertas, pensando y aprendiendo con el accionar colectivo y/o con la entrega personal que cada uno estaba dispuesto o podía dar.

Como hijo del Cerro montevideano, por su arraigo en el pueblo y por su inteligencia y creatividad permaneció clandestino durante años sin caer en manos de los servicios de la dictadura, a pesar de su notoria figura física.

Jesús es producto de un proceso; se alimentó de los Prestes, Guevaras, Allendes y de nuestra Nicaragüita de Sandino. Encarna como cientos o miles, el sentir, el arrojo y el compromiso de los luchadores latinoamericanos provenientes de los barrios populares.

Profundamente humano, a nadie mejor que a él le cabe la frase “nada de lo humano me es ajeno”. Sus convicciones y sus orientaciones políticas siempre dejaban espacio para el abordaje y el sabio consejo de los temas personales de sus compañeros militantes.

Jesús fue un luchador humilde. Siempre ocupó con coraje, con fuerza y con optimismo contagioso, el lugar que la vida le determinó como militante. Y cuando Ramón Cabrera dejó de tener cargos políticos, siguió luchando y organizando la lucha social hasta sus últimos días.

Hoy a 100 años de la Revolución de Octubre, recordamos al Jesús revolucionario y admirador de la gesta de obreros, campesinos y soldados en Rusia. Jesús cobra la dimensión de los luchadores que cambiaron la faz de nuestro continente y lo hizo desde y por el Partido Comunista y la Unión de la Juventud Comunista de Uruguay.

La reconquista de la democracia, la primavera de 1983, la recuperación de las libertades públicas son parte del mejor patrimonio de los orientales. Como parte de ese patrimonio homenajeamos al compañero Ramón Cabrera, Jesús.

 

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Invitamos al homenaje al compañero Ramón Cabrera, Jesús

Martes 20 de junio, hora 19:00

Salón Azul de la Intendencia de Montevideo